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¿Cómo ayudar a los niños en su proceso de duelo?


El duelo en la infancia es una experiencia profundamente compleja y muchas veces incomprendida. Aunque los niños enfrentan la pérdida de manera diferente a los adultos, no significa que su dolor sea menor. Acompañarlos con amor, respeto y comprensión es fundamental para que puedan transitar esta etapa de forma saludable y construir herramientas emocionales para el futuro.


En esta entrada, te compartimos algunas claves esenciales para apoyar a los niños en su proceso de duelo.



1. Reconocer y validar sus emociones


Los niños a menudo no tienen el vocabulario emocional necesario para expresar lo que sienten. Es común que manifiesten su dolor de manera indirecta, a través del juego, el silencio o incluso cambios en su conducta. Validar lo que sienten sin juzgarlos es una forma de ayudarles a entender que lo que viven es normal. Puedes decirles cosas como:

“Está bien sentirte triste”
“Lo que sientes es importante, y estoy aquí para ti”.

Estas frases les dan permiso para sentir sin culpa, y les ofrecen seguridad emocional.



2. Hablar con honestidad y claridad


Es natural querer proteger a los niños del dolor, pero el uso de eufemismos como “se fue a un lugar mejor” o “está durmiendo” puede generar confusión e incluso miedo. Es importante hablar con un lenguaje sencillo, adaptado a su edad, pero claro. Por ejemplo:

“La persona que querías ha muerto. Eso significa que ya no vamos a poder verla, pero siempre la vamos a recordar”.

La claridad ayuda a construir confianza y a evitar malentendidos que pueden generar ansiedad.



3. Escuchar con atención y sin prisa


Los niños necesitan sentirse escuchados, incluso cuando no saben bien qué decir. Haz preguntas abiertas como:

“¿Cómo te sientes hoy?”
“¿Qué te gustaría contarme sobre lo que pasó?”

Dales tiempo y espacio para expresarse a su ritmo. A veces necesitarán hablar, otras veces solo querrán estar cerca. La escucha activa implica no apurarlos, no corregir sus emociones, y estar disponibles de forma genuina.



4. Mantener las rutinas tanto como sea posible


El duelo puede generar una sensación de inestabilidad en los niños. Por eso, las rutinas cotidianas (como las comidas, el horario de sueño, ir al colegio o jugar) les ofrecen un ancla emocional. Mantener estos hábitos transmite un mensaje de continuidad, de que hay cosas que siguen estando bien, y les brinda seguridad en medio del dolor.



5. Ofrecer seguridad y compañía


Muchos niños, ante la muerte de un ser querido, desarrollan temores sobre su propia seguridad o la de las personas que aman. Pueden preguntar:

“¿Tú también vas a morir?”

Responder con honestidad, pero con ternura, es clave. Asegúrate de decirles que estás ahí para ellos, que los vas a cuidar, y que no están solos. Sentirse protegidos les ayuda a bajar la ansiedad y a recuperar la confianza en el mundo que los rodea.



6. Facilitar espacios para expresar el dolor


No todos los niños expresan lo que sienten con palabras. Algunos lo hacen a través del juego simbólico, el dibujo, la música o incluso con comportamientos desafiantes. Bríndales materiales para que exploren sus emociones (colores, plastilina, libros) y acompáñalos sin forzar resultados. Si prefieren hablar con otro adulto, como un familiar o un maestro, también es válido.



7. Ser pacientes con los tiempos del duelo


El duelo infantil no es lineal. Un día pueden llorar desconsoladamente, y al siguiente estar jugando como si nada hubiera pasado. Esto no significa que hayan “olvidado” o que estén bien: es su manera natural de adaptarse. Acepta estas fluctuaciones sin preocuparte demasiado, y mantente disponible emocionalmente.



8. Fomentar la memoria del ser querido


Recordar es una parte esencial del proceso de duelo. Los niños necesitan saber que está bien seguir hablando del ser querido que falleció. Pueden mirar fotos juntos, contar anécdotas, escribirle una carta o incluso hacer un dibujo en su honor. Esto les permite integrar la pérdida de manera saludable y mantener un vínculo afectivo con esa persona, aunque ya no esté físicamente.



9. Buscar apoyo profesional si lo necesitan


Si notas que el niño presenta un cambio muy marcado en su conducta, tiene pesadillas frecuentes, se aísla por mucho tiempo o manifiesta un dolor que no logra procesar, es recomendable acudir a un profesional en salud mental con experiencia en duelo infantil. Un psicólogo o terapeuta puede ofrecer estrategias adicionales y acompañar al niño (y a su familia) en este camino.



Acompañar a un niño en duelo no se trata de tener todas las respuestas, sino de ofrecer un espacio seguro donde pueda sentir, preguntar, recordar y sanar. Con amor, paciencia y presencia, los niños pueden atravesar el dolor, resignificar la pérdida y crecer con una comprensión más profunda de la vida.


Si estás viviendo una situación de duelo en tu familia y necesitas orientación, recuerda que no estás solo. Puedes contar con nosotros para acompañarte en este proceso.

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